martes, 27 de octubre de 2009

El Seis de Diciembre.

Hoy saludo hasta esta cibernética y artificial moleskine para exponer la ilusión que hoy me aborda. Bueno nos, aborda. Esperaremos impacientes a un pequeño dios de la poesía y la guitarra, para identificarnos con sus cuerdas y emocionarnos con sus palabras.
Porque no hay mayor disfrute que el disfrute compartido, ni mayor emoción que la emoción contagiada de lágrimas ajenas. De lágrimas que no son más que dibujos animados corriendo, tropezándose con una incipiente sonrisa de Amelie.

No soy de dedicar pero la ocasión es la ocasión, y creo que no más de una persona puede entender esto último, asi que a tí, compañera de emociones, te recuerdo esto que un día dijo ese sabio, al que dentro de poco tendremos de presidiario, eso si, habiendo heredado una botella de ron de un clochard moribundo mezclado con lágrimas para llorar cuando valga la pena...

Aquí lo dejo:

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
Este nunca, no esconde un "ojalá",
Estas cenizas, no juegan con fuego,
Este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
Esta letra no la protestaré,
Ahórrate el acuse de recibo
Estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de padre
No voy a permitirle que taladre
Un corazón, podrido de latir
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran más por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario