jueves, 29 de octubre de 2009

distopía

Cuarenta y cinco años tenía y vivía solo. Esperando a que dejara de llover para poder salir a la calle. Esperando a que su taza de café enfriara para poder beber.
Viviendo en standby.
Anhelaba su vida, aquella que nunca tuvo mientras mandaba anónimas críticas de cine al periódico local. Cuarenta y cinco años y la misma taza de café, la misma marca de cereales y platos en la encimera. Sucios, claro.
Polvo en los muebles, ojos caídos, arrugas, anhelos y recuerdos. Productos anticaída del cabello y Brandy.
Siguiendo estrictamente un horario de pitillos. Y ese insolucionable problema de halitosis.Dios que olor. Gordo y diabético, canas en las cejas y uñas amarillas. Sin trabajo, sin pareja, sin dinero.

Aún así, era feliz.

martes, 27 de octubre de 2009

El Seis de Diciembre.

Hoy saludo hasta esta cibernética y artificial moleskine para exponer la ilusión que hoy me aborda. Bueno nos, aborda. Esperaremos impacientes a un pequeño dios de la poesía y la guitarra, para identificarnos con sus cuerdas y emocionarnos con sus palabras.
Porque no hay mayor disfrute que el disfrute compartido, ni mayor emoción que la emoción contagiada de lágrimas ajenas. De lágrimas que no son más que dibujos animados corriendo, tropezándose con una incipiente sonrisa de Amelie.

No soy de dedicar pero la ocasión es la ocasión, y creo que no más de una persona puede entender esto último, asi que a tí, compañera de emociones, te recuerdo esto que un día dijo ese sabio, al que dentro de poco tendremos de presidiario, eso si, habiendo heredado una botella de ron de un clochard moribundo mezclado con lágrimas para llorar cuando valga la pena...

Aquí lo dejo:

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
Este nunca, no esconde un "ojalá",
Estas cenizas, no juegan con fuego,
Este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
Esta letra no la protestaré,
Ahórrate el acuse de recibo
Estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de padre
No voy a permitirle que taladre
Un corazón, podrido de latir
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran más por ti.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Que levante la mano.

¿Cual será ese misterioso factor culpable de la avismal diferencia entre la demagogia diaria y la poesía nocturna?

lunes, 19 de octubre de 2009

Ya no

-Se me ha roto una tecla.
-¿Qué mas da? Puedes seguir tocando, no la necesitas.
-Las necesito todas.
-¿Acaso has de tocarla para que oigamos tu canción?
-No.
-¿Acaso la tocas alguna vez?
-Nunca.
-Bien, pues comienza a tocar, ¿por qué no tocas?
-La necesito a ella.
-Nunca lo habías hecho.
-Lo sé, pero siempre estaba ahí.

A ti

Hola pequeña,

Siento decirte que hoy no ha sido uno de esos días en los que Tú eres la protagonista. Que hoy no he cruzado miradas contigo en ningún momento. Hoy la gente reía y habia sitio en los metros. Hoy he visto a Audrey Hepburn en su minuto y medio de Moon River en la repisa, y no me he cansado de escucharla cantar, además, hoy, pequeña, he encontrado a un viejo amigo.
Y me da igual que me llames ahora, porque aun así hoy seguiré sin verte.

Porque hoy los padres son los reyes y es Navidad en octubre.

Hoy no he perdido las llaves, ni la buena cara, ni el autobús. Asi que puedes decir a quien se encuentre contigo, que no se preocupe, que escuche Get Back, que coma chocolate, o que haga el amor.

Pero hoy, mi inusual compañera de viaje, no te tengo, y no te quiero.
Ayer tampoco lo hice.

domingo, 18 de octubre de 2009

Volver sería buena idea.

Una página de unas Luces de Bohemia me recuerdan un domingo casi lunes lo mucho que añoro París. Al margén de todo tópico turístico es una ciudad de la que nunca me canso. Y se me había olvidado.
Mierda. Quién me manda a mi releer a Valle Inclán, y esas palabras de un ser inexistente pero profundamente sensible que un día, tan hebrio como el mismísimo Bukowski, levanta su copa, y gustando el aroma del ajenjo, suspira y evoca el cielo lejano de París.
Piano y violín atacan un aire de opereta, y la parroquia del café lleva el compás con las cucharillas en los vasos. Después de beber, los tres desterrados confunden sus voces hablando en francés. Recuerdan y proyectan las luces de la fiesta divina y mortal. París! ¡cabaretes! ¡ilusión! Y el ritmo de las frases, desfila, con su pata coja.
Definitivamente escribir engancha . Definitivamente la noche nos cambia. Definitivamente, echo de menos París.

Hoy hace frío

Supongo que seré yo quien tenga que darme mi propia bienvenida al mundo del blogspot. La idea no es mala, todo el mundo piensa,todo el mundo reflexiona, o al menos eso quiero creer. Y de vez en cuando, plasmar en letras esos delirios momentáneos, no creo que sea malo. Incluso desde un punto de vista egoísta, puede llegar a ser terapéutico...
La de cosas que encuentra uno por aquí.
Es curioso.
Supongo que cuando mi imaginación tenga mejor día, y yo menos sueño, volveré por aquí, a escribir historias intrascendentes que no cambiarán el día de nadie.(Sí, algún día lo pretenderé)