lunes, 30 de diciembre de 2013

Aspaldiko!

Bueno bueno. Y tan bueno. Vuelvo a leer esto tras años, más de los que me gustaría, y menudo empacho de recuerdos metamorfoseados así, todos de golpe. El otro día leía con unos buenos/nuevos (aun siendo disléxica seguiría diciendo lo que quiero decir, es gracioso, y acababo de darme cuenta) amigos las primeras entradas a punto de alienizarse de mi, y la idea de volver a escribir me parecía remota pero bastante atractiva, algo así como... (llevo unos 6 o 7 minutos pensando en algún ejemplo, pero no me sale,que son años sin escribir)...pero vamos a decir, yo que sé, por no dejar esto colgando, dar la vuelta al mundo. En plan simple (el ejemplo, que no la idea). Ya vale. Esto es como cuando juegas al tenis y al principio peloteas, para entrar en calor. Pues esto igual, el primer párrafo no lo voy a borrar, sería hipócrita hacerlo. Han cambiado muchas cosas en mi desde la última entrada, para empezar, que esa necesidad patológica de quedar bien ya ha desaparecido, mi bienqueda se gastó de tanto usarlo, y aquí, más relajada, cometo más errores, riendo con mas ganas y llorando con menos lágrimas. Algún poso ya queda, lo básico y meramente reflejo como saludar en el portal a gente que no conoces de nada por el mero hecho de que compartis quince metros cuadrados. Han cambiado tantas cosas este tiempo...tantas y yo. Sobre todo yo. Hay muchas gente que se escribe cartas para su yo futuro para leerlas al cabo de unos años y a mi pues...no sé como me ha venido leer esto, me río de mi, y eso está bonito. Me doy cuenta de que me quejaba de tonterías, de que lloraba por superficialidades y sentía con demasiada fuerza circunstancias que no merecían ni un sollozo. Ahora mis días son más tontos porque me siento menos adulta, y esa, es mi forma de madurar. Me gusta porque he aprendido que un buen día lo solucionan cuatro pinceladas, o un ataque de risa en plena biblioteca. Enfrentarse a crecer es duro siempre, pero es tan apasionante, que al final no merece la pena tomarselo en serio, eso sí, nunca jamás dejes de hacer algo que te guste. Jamás.