domingo, 26 de enero de 2014

De sobra sabes,que eres la primera si juro que cambiaría cada pequeño ápice de destino que me hubiesen alejado de ti como meta. Porque pagaría mi vida en placeres por volver a repetir cada uno de los errores cometidos aprendidos que instruyeron mi identidad de decisiones. Aquella jerárquica diosa que un día te persuade de manera inconsciente para que lleves a cabo tu divorcio con el orden y la seguridad. Para que digas adiós a tu costumbre de despertarte a las 7:32 todas las mañanas, cada mañana que aquellas tardes, hipotecaban tu noche.Ja! ¿Y que significa esta libertad? Sabes, a veces, el compromiso te libera. Pero no el compromiso matrimonial, sexual, bancario o paternofilial. Sino ese compromiso intrínseco. Me quiero, me gusto, me ayudo. Ese que impulsa de manera cerda y verídica olvidarte del entorno social para masturbarte con decisiones egoístas y brillantes mientras te sientes tan poderoso que gracias a ello sabes querer más, mejor, y con más libertad a cualquier persona que penetre tus planes de felicidad independientemente del tiempo que permanecerá en ese lugar.Sin más, al margen de literaria snob y hipster, digamos que querer, que conocer, que disfrutar, son ingredientes básicos para aceptar el regalo del conocimiento, pero del de verdad. De aquel que te explica en que momento debes dejar a alguien volar con las alas que le regalaste, de aquel que te expliqua en que momento tienes que trabajarte una mirada que ejerza con más fuerza e verdadero papel de un beso, un abrazo, un te quiero, en los momentos de debilidad.

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