lunes, 30 de agosto de 2010

Entropía

Me desperté una mañana viendo por la ventana como todo había cambiado. Quizá no en aquel momento.
O quizá no aquella noche. Pero la última gota es la que desborda el vaso, eclipsando el resto de intrascendentes gotitas que durante tanto tiempo llevaban lloviéndome la vida. Y fue tal la nostalgia que una lágrima muerta se camufló entre tardes de lluvia y mañanas de resaca. Pero no era tristeza, no, una sóla lágrima no es digna de denotar tristeza. Pena sí. Pero la tristeza se merece, por lo menos, un par de lágrimas más.

Entropía. Una vez utilizado el dentífrico es imposible volver a meter la pasta en el tubo. Así que salí con un paraguas por ahí, a conocerme un poco. En el ascensor me recordé mi nombre. En el portal me presenté en el espejo. Intenté caerme bien, asi que me pare frente al él y sonreí, pero no me gustó. Aquello no me decía nada. Como una foto preparada, los protocolos y la falsa educación, vacíos y de mentira.

Me sentía como partiendo de cero en una escala al infinito, y me daba un vértigo impresionante.¿Vivir de nuevo? Aunque no era del todo malo, tampoco había perdido nada. En realidad nunca me había dedicado a desear con ansia lo que no tenía, ni tampoco había amado en exceso lo que ya poseía. Me enseñaron que mi vida se resumía en tiempo, pero no infinito, sino con fecha de caducidad. Pero precisamente el tiempo es algo que tampoco me había preocupado. Me sonaba algo así como que era relativo, aunque no sabía muy bien a que se referían con eso. Sólo sabía que ignoraba el tiempo del que disponía, y tenía que aprovecharlo, conocerme, conocerte, conocernos. Pero la única conclusión válida que obtuve fue que el tiempo es el error que se rectifica, la verdad que se aprende y que se enseña, el mal que se evita cometer, el consuelo ofrecido a un sinfin de desconocidos, la aptitud adquerida para la plenitud de la existencia; el tiempo, la virtud que se robustece, el sentimiento que se purifica, la inteligencia que se dilata. Y asi el tiempo se tradujo en perfección, en vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario