Una vez me bastaba para demostrar nada

Cuatro tragos al Bombay, una leve bajada de escote,y a matar. Toda la semana se resume en un instante de provocación, que a su vez se resume en una mirada de provocación con la necesidad patológica de sentirse deseada. Tras cuatro o cinco filtreos y un par de besos con sabor a indiferencia y a cerveza se va a casa más o menos conforme. Yo, mientras, la observo en silencio, delante de mi siempre se quita su disfraz, sin necesidad de hacer ningun esfuerzo.Ellos piensan que eres fuerte, pero tu barco se hunde pequeña capitana, y tu con él.